jueves, 16 de abril de 2009

poesía árabe en España

Los Grandes poetas Andalusíes



La cultura árabe está bastante demonizada en este tiempo. Sobre todo gracias al fundamentalismo mesiánico del ex presidente de los EEUU que lideró una verdadera cruzada contra todo aquello que no fuera occidente, o simplemente, contra todo aquello que no siguiera sus cánones de democracia, sistema económico, desarrollo y cultura. Claro, no estoy defendiendo ningún fundamentalismo en particular sino más bien atacándolos a todos... ya qe de letras se trata esta página, es bueno recomendar a los que aun no lo han leido, un libro como el que escribió Tzevan Todorov "la conquista de América / el problema del otro", simplemente porque lo que plantea ese libro, es precisamente el problema de la humanidad, es decir, la imposibilidad de ver al otro como es (ni idealizarlo, ni demonizarlo). No, no piensen que ese etnocentrismo es una cosa superada, el actual conflicto en Gaza me dio la oportunidad de ver en los foros la tremenda xenofobia de aquellos que pretenden sufrir la xenofobia... en esas páginas he visto más de una vez referirse a los palestinos como "primates" (que parece algo extendido en parte de la sociedad israelí) y cuando uno deja una opinión adversa a sus intereses, estos fundamentalistas seudo reigiosos dicen habitualmente: "infórmese", "culturalícesé"... hablan obviamente (y siguiendo a Todorov) de los demás pueblos como una especie de bárbaros... hoy les quería traer a los poetas andalusíes del siglo VIII y IX, porque grande fue mi sorpresa ( a pesar de ser poeta y haber escrito sobre el medioevo español) cuando pude leer más en extenso los poemas de estos poetas árabes que ocuparon Espeña por más de ocho siglos... dicho sea de paso ocupación en la que no hubo problemas religiosos ya que en esos territorios (hoy, paradójicamente) vivián y se desarrollaban importantes comunidades judías y cristianas. Lo interesante es que ese Siglo de Oro Español, del que con tanta razón se habla, ya que es un fenómeno singular de la cultura universal, nada hubiera sido seguramente, sin el antecedente de estos poetas que hoy les traigo.

La lengua que hablamos es una de las más excelsas del mundo justamente por aportes como el que le hiecieron los árabes a nuestra cultura: Damaso Alonso (que alguna vez dirigió la Real Academia Española) allá a mediados de los 50 (en el siglo pasado) hizo una afirmación que trastocó gran parte de la visión que tenía de la lengua de Castilla. Damaso Alonso afirmaba que la copla (cosa castiza si la hay) no había tenido aquel origen provenzal que se le endilgaba, sino que había nacido dela jarchas fronterizas de aquel Al Andalus que hoy traemos a través de sus vates.
La jarcha era el final (una especie de letrilla) de las moaxajas y zejles, poemas escritos en una mezcla de español antiguo, y voces árabes y judías, y que tanto influyeron en la trovadoresca porvenzal y en las cantigas galaico portuguesas... es decir que la literatura árabe está en la base de muchas literaturas occidentales lo cual muestra la grandeza de esta cultura, que no sólo dio grandes poetas y trovadores, sino matemáticos, aquimistas, astrónomos, etc etc... sin el conocimiento introducido por los árabes al continente, Europa simplemente no hubiera descubierto América (por dar sólo un caso). Pero más allá de todo esto (que es muy bueno haberlo traido a cuenta) lo que realmente me sorprendió, y es lo más importante para nosotros, es que esos poemas del siglo VII, VIII y posteriores, reisten hoy una lectura (mucho más que los del siglo de oro español) y hasta parecen, muchos de ellos, escritos tan solo ayer. Escuchemos algunos de estos poetas.

Envuelta en el denso velo

de la tenebrosa noche,

vino en sueños a buscarme

la gacela de los bosques.

Vi el rubor que en sus mejillas

celeste púrpura pone,

besé sus negros cabellos,

que por la espalda descoge,

y el vino aromoso y puro

de nuestros dulces amores,

como en limpio, intacto cáliz,

bebí en sus labios entonces.

La sombra, rápida huyendo,

en el Occidente hundióse,

y con túnica flotante,

cercada de resplandores,

salió la risueña aurora

a dar gozo y luz al orbe.

En perlas vertió el rocío,

que de las sedientas flores

el lindo seno entreabierto

ansiosamente recoge;

Rosas y jazmines daban

en pago ricos olores.

Mas para ti y para mí,

¡oh gacela de los montes!,

¿qué más rocío que el llanto

que de nuestros ojos corre?


Esto podría haber sido escrito ayer (sin duda) lo que es mucho decir para un poema.



Cuando el manto de la noche

se extiende sobre la tierra,

del más oloroso vino

brindo una copa a mi bella.

Como talabarte cae

sobre mí su cabellera,

y como el guerrero toma

la limpia espada en la diestra,

enlazo yo su garganta,

que a la del cisne asemeja.

Pero al ver que ya reclina,

fatigada, la cabeza,

suavemente separo

el brazo con que me estrecha,

y pongo sobre mi pecho

su sien, para que allí duerma.

¡Ay! El corazón dichoso

me late con mucha fuerza.

¡Cuán intranquila almohada!

No podrá dormir en ella

Es interesante decir que muchos de estos poetas eran príncipes o reyes, como ha sucedido en muchas culturas, como los aztecas y mayas, por ejemplo, lo no tan usual es que se le diera nobleza a los artistas. Tal fue el caso del gran músico y poeta Ziryab que fue traido de Bagdad a Córdoba por Abd ar–Rahman II y que gozó las prerrogativas de un verdaero rey. Pero hubo un verdadero rey que fue quizás uno de los más grandes de estos poetas, su nombre era AL-MU`TAMID y fue el señor de Sevilla

DESPEDIDA

Cuando nos encontramos para despedirnos, de mañanita,

ya tremolaban las banderas en el patio del alcázar;

eran acercados los corceles, redoblaban los atabales:

eran las señales de partida.

Lloramos sangre, hasta que nuestros ojos eran como heridas

al fluir aquel líquido rojo.

Y esperábamos volver a vernos a los tres días…

¿Qué habría sucedido si hubiesen sido más?


EL RELÁMPAGO

El relámpago le asustó, cuando en su mano

el relámpago del vino resplandecía.

¡Ojalá supiera cómo, si ella es el sol de la mañana,

se asusta de la luz!


CARTA

Te escribo consciente de que estás lejos de mí,

y en mi corazón, la congoja de la tristeza;

no escriben los cálamos sino mis lágrimas

que trazan un escrito de amor sobre la página de la mejilla;

si no lo impidiera la gloria, te visitaría apasionado

y a escondidas, como visita el rocío los pétalos de la rosa;

Te besaría los labios rojos bajo el velo

y te abrazaría del cinturón al collar;

¡Ausente de mi lado, estás junto a mí!

Si de mis ojos estás ausente, no de mi corazón.

¡Cumple la promesa que nos hicimos, pues yo,

tú lo sabes, cumplo mi parte!


LA AURORA LADRONA

Disfrazó la pasión que quería ocultar,

más la lengua de las lágrimas se negó a callar;

Partieron, y ocultó su dolor, más lo divulgó

el llanto de la pena, tan evidente y balbuceante;

les acompañé mientras la noche descuidaba su vestidura,

hasta que apareció ante sus ojos una señal evidente:

Me detuve allí perplejo: la mano de la aurora

me había robado las estrellas.


EL CORAZÓN

El corazón persiste y yo no cesa;

la pasión es grande y no se oculta;

las lágrimas corren como las gotas de lluvia,

el cuerpo se agosta con su color amarillo;

y esto sucede cuando la que amo, a mí está unida:

¿Qué sería, si de mí se apartase?